16 de abril de 2015

Somos información

Vivimos en el mundo de la información y el conocimiento, pero, aunque manejamos cotidianamente móviles y ordenadores, no entendemos del todo lo que esto significa. La información es poder, la información es munición. La información lo es todo, en la guerra como en la paz, en la política como en la economía.

La información que tenemos, no es la que queremos. La información que queremos, no es la que necesitamos. La información que necesitamos, no está disponible. Foto Mark Deckers

Incluso hay quienes sostienen, como el etólogo, zoólogo y gran divulgador científico Richard Dawkins, que desde nuestros mismos genes somos pura información: es decir, palabras, instrucciones, datos. En gran parte somos información, ya que todo nuestro código genético, las instrucciones que nos hacen ser lo que somos caben en 1.5GB. Sin embargo, cada una de nuestras 40 mil millones de células tiene una copia de ese código, por lo que nuestro cuerpo almacena aproximadamente 60 ZettaBytes, mucho más de lo que la humanidad entera ha generado en forma de contenido digital en la historia.

Lo cierto es que nos ahogamos en información. Ahora mediante Twitter y Facebook estamos a punto de conseguir que cada momento de nuestra vida —de la de cada cual— pueda obtener su reflejo, su réplica "informativa". Como si cada una de nuestras acciones, pensamientos y sentimientos (casuales o impostados, verdaderos o fingidos) pudiera archivarse acrítica e inmediatamente en una gigantesca nube de información susceptible de ser universalmente compartida, como una especie de doble o calco virtual de nuestra realidad, de modo semejante a aquel monstruoso mapa borgiano que reproducía con total exactitud y a tamaño natural cada uno de los accidentes del imperio cartografiado.

Pero la riqueza de información  crea pobreza de atención, y la necesidad de asignar de manera eficiente esa atención entre la sobreabundancia de fuentes de información que podría consumir.

De modo que estamos cada vez más informados, pero no somos necesariamente más sabios. Confundimos información con conocimiento.



Vídeo y articulo inspirado en el libro divulgativo: La información: historia y realidad (ePub) de James Gleick. Ambicioso y apasionante proyecto que comienza contándonos una historia que ha cambiado la naturaleza de la conciencia humana, desde los tambores africanos o la invención de la ordenación alfabética de las palabras hasta los avances más recientes de la tecnología informática.


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